Pues una vez hablado el tema del posible retorno nos pusimos manos a la obra. Decidimos quedar y vernos despues de los años pasados. Elegimos las playas del Palo como escenario para el reencuentro y para ir retroalimentando la añoranza y el deseo de retornar. Alli nos dimos cita Mª José, Paco, Dani, Luis y Felipe Calvo. Felipe Milano no pudo asistir por su recientísima paternidad (un besito desde aquí a la pequeña Martina Milano Johnstone y a su mami Carolina).
En un primer momento, y pasada la euforia inicial de volver a vernos, estuvimos hablando de nuestras actuales vidas y logros personales, familiares y laborales. Felipe Calvo nos comunicó la noticia de su próxima paternidad en verano del 2009, con los pertinentes aplausos y vítores y petición de oreja y vuelta al ruedo. Delante de la paella de rigor, empezamos a hacer referencias a las fabulosas calvas, barrigas, canas y demás adornos naturales que el tiempo nos había adjudicado.
Una vez pedida la cuenta, nos dirigimos a las terracita del Cohibas a poner las cartas sobre la mesa y estudiar las posibilidades. Cada uno expuso sus argumentos, posibilidades e hipótesis basadas en las circunstancias personales, familiares y laborales. Unanimidad: La vuelta era factible. Cafelito va y cubatita viene.
Terminada la sobremesa nos dirigimos a casa de Dani a conocer a su mujer Marina y a su retoño. Alli vimos algo con forma de guitarra y de batería que se conectaba a la Playstation 2...y no pudimos detener el instinto de sonar juntos. Asi que nos enchufamos al Guitar Hero ese de las narices interpretando el "Bulls on Parade" (Rage Against the Machine) y de "Living on a Prayer" (Bon Jovi), recibiendo todo tipo de improperios y objetos contundentes del respetable..(donde esté una guitarra de verdad y una batería en condiciones que se quite el Guitar Hero y que le metan fuego)
Dado por concluída nuestra actuación estelar nos embargó un sentimiento de curiosidad y morbo ante la cercanía del local donde ensayábamos (propiedad del padre de Dani, ubicado en los garages comunitarios de Echeverría del Palo). No pudimos evitar la tentación y pusimos rumbo al local. Alli nos plantamos. Paco solo podía articular una sola frase que repetía en modo Loop: "¡¡Que subidón!!" Abrimos la puerta y tras 2 minutos de contemplación boquiabiertos por todo lo que aquello emanaba, decidimos arrasar con lo que alli había a modo de recuerdo de la época (fotos, carteles, manuscritos, etc..etc..) "Esto me lo llevo yo..", "..esto tú","Mira esto", "Que cañaaaaa" "...esto me lo dejas a mi", "..una mierda, esto para mi..." etc... Llegado el momento de apagar la luz y marcharnos reconozco que me costó un huevo marcharme de alli.
Un dia para no olvidar nunca. ¡Unas fotitos!